sábado, 12 de abril de 2014

Versiculo del Dia 4/12/14


"El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño." Salmo 31

Oración: Padre, gracias por ser el Buen Pastor que me cuidas como si yo fuera tu única oveja. Gracias por quererme tanto y haber dado Tu Hijo por mí.

viernes, 11 de abril de 2014

Versiculo del Dia 4/11/14


 Y muchos creyeron en él allí. Juan 10,31-42

Oración: Señor, en realidad, hoy me doy cuenta que en muchas ocasiones mi fe es débil o tibia. Pienso que puede ser que no oro o no medito lo suficiente. Quizás es que vivo una vida tan ocupada y PRE-ocupada que no te doy el tiempo que te mereces. Mi rutina de oración depronto es muy "rutinaria". Yo quiero tener una fe profunda, llena de fuego. Quiero amarte con fuerza y SENTIR tu presencia en mi vida y vivirla como si Tu estuvieras viendo cada paso que doy. CREO pero ayuda mi incredulidad. Agranda mi fe!

jueves, 10 de abril de 2014

Versiculo del Dia 4/10/14



 Jesús dijo: "¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?" Juan 11,1-45

Oración: Señor, creo y confío en Tí. Hoy quizás no estoy viviendo un momento difícil en mi vida, pero tengo la seguridad que estarás junto a mí cuando lo pase, cuando viva el dolor de una muerte cercana, o una enfermedad. Dame la fortaleza para que en esos momentos recuerde estos momentos de paz, y amor que me tienes. Señor, confío en Tí.

miércoles, 9 de abril de 2014

Papa Francisco: La sabiduría es el don del Espíritu Santo para ver todo con los ojos de Dios


Foto ACI Prensa
Foto ACI Prensa
VATICANO, 09 Abr. 14 / 09:31 am (ACI/EWTN Noticias).- En la catequesis de hoy en la habitual Audiencia General de los miércoles, el Papa Francisco comenzó un nuevo ciclo de reflexiones sobre el Espíritu Santo y explicó que la sabiduría es una gracia que nos permite ver las cosas con los ojos de Dios, a sentir como Dios y a hablar con sus palabras.
Tras recordar que los dones del Espíritu Santo son siete: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios, el Papa explicó que el primero, la sabiduría, “no se trata meramente de la sabiduría humana, no, esta sabiduría humana que es fruto del conocimiento y la experiencia”.
El Pontífice afirmó luego que “nosotros tenemos dentro, en nuestro corazón, al Espíritu Santo; podemos escucharlo o, podemos no escucharlo. Si escuchamos al Espíritu Santo, Él nos enseña este camino de la sabiduría, nos regala la sabiduría que es ver con los ojos de Dios, sentir con los oídos de Dios, amar con el corazón de Dios, juzgar las cosas con el juicio de Dios. Esta es la sabiduría que nos regala el Espíritu Santo, y todos nosotros podemos tenerla. Sólo pídanla al Espíritu Santo”.
El Santo Padre puso luego como ejemplo a “una madre, en su casa, con los niños, que cuando uno hace una cosa, el otro piensa otra, y la pobre madre va de un lado a otro, con los problemas de los niños. Y, cuando las madres se cansan y gritan a sus hijos ¿esto es sabiduría? ¿Regañar a los niños -les pregunto - es sabiduría? Qué dicen ustedes: ¿es sabiduría, o no? ¡No! En cambio, cuando la madre toma al niño y lo regaña dulcemente y le dice: "Pero, esto no se hace, por eso... ", y se lo explica con tanta paciencia, ¿esto es sabiduría de Dios? ¡Sí! Eso es lo que nos da el Espíritu Santo en la vida, ¿eh?”
“Luego, en el matrimonio, por ejemplo, eh, los dos cónyuges -el marido y la mujer- se pelean y luego no se miran o, si se miran, se miran con la mala cara: ¿esto es la sabiduría de Dios? ¡No! En cambio, si se dice: "ya pasó la tormenta, hagamos las paces", y comienzan a ir adelante en paz: ¿esto es sabiduría? (la gente en la plaza responde “¡sí!”) Es éste: es el don de la sabiduría. ¡Que venga a casa, para estar con los niños, con todos nosotros! Y eso no se aprende: esto es un don del Espíritu Santo”.
El Papa dijo asimismo que no es sabiduría cuando “nosotros vemos la cosa según nuestro gusto o según la situación de nuestro corazón, con amor o con odio, con envidia. Y no, este no es el ojo de Dios. La sabiduría es lo que hace el Espíritu Santo en nosotros para que nosotros veamos todas las cosas con los ojos de Dios. Es éste el don de la sabiduría”.
“Y obviamente que este don viene de la intimidad con Dios, de la relación íntima que nosotros tenemos con Dios, de la relación de hijos con el padre. Y el Espíritu Santo cuando tenemos esta relación nos da el don de la sabiduría. Y cuando estamos en comunión con el Señor, el Espíritu Santo es como si transfigurase nuestro corazón y le hiciera percibir todo su calor y su predilección”.
El Papa Francisco resaltó que “el corazón del hombre sabio en este sentido tiene el gusto y el sabor de Dios. ¡Y cuánto es importante que en nuestras comunidades haya cristianos así! Todo en ellos habla de Dios y se convierte en un signo hermoso y vital de su presencia y de su amor. Y esta es una cosa que no podemos improvisar, que no podemos obtener de nosotros mismos: es un don que Dios da a los que se hacen dóciles al Espíritu Santo”.
Para lograr la sabiduría, instó el Santo Padre, “tenemos que pedirle al Señor que nos dé el Espíritu Santo y que nos dé el don de la sabiduría, de aquella sabiduría de Dios que nos enseña a mirar con los ojos de Dios, a sentir con el corazón de Dios, a hablar con las palabras de Dios”.
Y así, concluyó, “con esta sabiduría, vamos adelante, construimos la familia, construimos la Iglesia y todos nos santificamos. Pidamos hoy la gracia de la sabiduría. Y pidámosla a la Virgen, que es la sede de la sabiduría, de este don: que Ella nos dé esta gracia. Gracias”.

Versiculo del dia 4/9/14


Jesús les contestó: "Os aseguro que quien comete pecado es esclavo. Juan 8,31-42

Oración: Señor, no se siente bien cuando se comete un pecado por más pequeño o grande que sea. Puedo tratar de convencerme  justificando mis acciones pero si me detengo por un momento a pensar en ellas, me doy cuenta que me siento oprimido, temeroso o ansioso. De repente mis pasos son más lentos, oculto lo que he hecho o vivo con sonrisa al mundo pero no durmiendo tranquilo. Hoy te pido me ayudes a liberarme de mis pecados de cualquier tamaño que sean. La mejor manera de hacerlo es con el sacramento de la Reconciliación. No hay nada que alivie más que una buena confesión.Y yo quiero ser libre!!

martes, 8 de abril de 2014

TRIDUO PASCUAL


Para prepararnos de la mejor manera posible para esta Semana Santa debemos informarnos de que se trata y la importancia de vivirla como debemos. Aquí les empiezo a enviar información sobre los días más importantes en Nuestra Iglesia




Autor: Sagrada Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos | Fuente: www.vatican.va
Triduo Pascual
Jueves Santo: La visita al lugar de la reserva. Viernes Santo: La procesión; Representación de la Pasión; Virgen de los Dolores. Sábado Santo: La "Hora de la Madre"

Triduo pascual

140. Todos los años en el "sacratísimo triduo del crucificado, del sepultado y del resucitado" o Triduo pascual, que se celebra desde la Misa vespertina del Jueves en la cena del Señor hasta las Vísperas del Domingo de Resurrección, la Iglesia celebra, "en íntima comunión con Cristo su Esposo", los grandes misterios de la redención humana.


Jueves Santo

La visita al lugar de la reserva

141. La piedad popular es especialmente sensible a la adoración del santísimo Sacramento, que sigue a la celebración de la Misa en la cena del Señor. A causa de un proceso histórico, que todavía no está del todo claro en algunas de sus fases, el lugar de la reserva se ha considerado como "santo sepulcro"; los fieles acudían para venerar a Jesús que después del descendimiento de la Cruz fue sepultado en la tumba, donde permaneció unas Cuarenta horas.

Es preciso iluminar a los fieles sobre el sentido de la reserva: realizada con austera solemnidad y ordenada esencialmente a la conservación del Cuerpo del Señor, para la comunión de los fieles en la Celebración litúrgica del Viernes Santo y para el Viático de los enfermos, es una invitación a la adoración, silenciosa y prolongada, del Sacramento admirable, instituido en este día.

Por lo tanto, para el lugar de la reserva hay que evitar el término "sepulcro" ("monumento"), y en su disposición no se le debe dar la forma de una sepultura; el sagrario no puede tener la forma de un sepulcro o urna funeraria: el Sacramento hay que conservarlo en un sagrario cerrado, sin hacer la exposición con la custodia.

Después de la media noche del Jueves Santo, la adoración se realiza sin solemnidad, pues ya ha comenzado el día de la Pasión del Señor.


Viernes Santo

La procesión del Viernes Santo

142. El Viernes Santo la Iglesia celebra la Muerte salvadora de Cristo. En el Acto litúrgico de la tarde, medita en la Pasión de su Señor, intercede por la salvación del mundo, adora la Cruz y conmemora su propio nacimiento del costado abierto del Salvador (Cfr. Jn 19,34).

Entre las manifestaciones de piedad popular del Viernes Santo, además del Vía Crucis, destaca la procesión del "Cristo muerto". Esta destaca, según las formas expresivas de la piedad popular, el pequeño grupo de amigos y discípulos que, después de haber bajado de la Cruz el Cuerpo de Jesús, lo llevaron al lugar en el cual había una "tumba excavada en la roca, en la cual todavía no se había dado sepultura a nadie" (Lc 23,53).

La procesión del "Cristo muerto" se desarrolla, por lo general, en un clima de austeridad, de silencio y de oración, con la participación de numerosos fieles, que perciben no pocos sentidos del misterio de la sepultura de Jesús.

143. Sin embargo, es necesario que estas manifestaciones de la piedad popular nunca aparezcan ante los fieles, ni por la hora ni por el modo de convocatoria, como sucedáneo de las celebraciones litúrgicas del Viernes Santo.

Por lo tanto, al planificar pastoralmente el Viernes Santo se deberá conceder el primer lugar y el máximo relieve a la Celebración litúrgica, y se deberá explicar a los fieles que ningún ejercicio de piedad debe sustituir a esta celebración, en su valor objetivo.

Finalmente, hay que evitar introducir la procesión de "Cristo muerto" en el ámbito de la solemne Celebración litúrgica del Viernes Santo, porque esto constituiría una mezcla híbrida de celebraciones.


Representación de la Pasión de Cristo

144. En muchas regiones, durante la Semana Santa, sobre todo el Viernes, tienen lugar representaciones de la Pasión de Cristo. Se trata, frecuentemente, de verdaderas "representaciones sagradas", que con razón se pueden considerar un ejercicio de piedad. Las representaciones sagradas hunden sus raíces en la Liturgia. Algunas de ellas, nacidas casi en el coro de los monjes, mediante un proceso de dramatización progresiva, han pasado al atrio de la iglesia.

En muchos lugares, la preparación y ejecución de la representación de la Pasión de Cristo está encomendada a cofradías, cuyos miembros han asumido determinados compromisos de vida cristiana. En estas representaciones, actores y espectadores son introducidos en un movimiento de fe y de auténtica piedad. Es muy deseable que las representaciones sagradas de la Pasión del Señor no se alejen de este estilo de expresión sincera y gratuita de piedad, para convertirse en manifestaciones folclóricas, que atraen no tanto el espíritu religioso cuanto el interés de los turistas.

Respecto a las representaciones sagradas hay que explicar a los fieles la profunda diferencia que hay entre una "representación" que es mímesis, y la "acción litúrgica", que es anámnesis, presencia mistérica del acontecimiento salvífico de la Pasión.

Hay que rechazar las prácticas penitenciales que consisten en hacerse crucificar con clavos.


El recuerdo de la Virgen de los Dolores

145. Dada su importancia doctrinal y pastoral, se recomienda no descuidar el "recuerdo de los dolores de la Santísima Virgen María". La piedad popular, siguiendo el relato evangélico, ha destacado la asociación de la Madre a la Pasión salvadora del Hijo (cfr. Jn 19,25-27; Lc 2,34ss) y ha dado lugar a diversos ejercicios de piedad entre los que se deben recordar:

- el Planctus Mariae, expresión intensa de dolor, que con frecuencia contiene elementos de gran valor literario y musical, en el que la Virgen llora no sólo la muerte del Hijo, inocente y santo, su bien sumo, sino también la pérdida de su pueblo y el pecado de la humanidad.

- la "Hora de la Dolorosa", en la que los fieles, con expresiones de conmovedora devoción, "hacen compañía" a la Madre del Señor, que se ha quedado sola y sumergida en un profundo dolor, después de la muerte de su único Hijo; al contemplar a la Virgen con el Hijo entre sus brazos – la Piedad – comprenden que en María se concentra el dolor del universo por la muerte de Cristo; en ella ven la personificación de todas las madres que, a lo largo de la historia, han llorado la muerte de un hijo. Este ejercicio de piedad, que en algunos lugares de América Latina se denomina "El pésame", no se debe limitar a expresar el sentimiento humano ante una madre desolada, sino que, desde la fe en la Resurrección, debe ayudar a comprender la grandeza del amor redentor de Cristo y la participación en el mismo de su Madre.


Sábado Santo

146. "Durante el Sábado Santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su Pasión y Muerte, su descenso a los infiernos y esperando en la oración y el ayuno su Resurrección".

La piedad popular no puede permanecer ajena al carácter particular del Sábado Santo; así pues, las costumbres y las tradiciones festivas vinculadas a este día, en el que durante una época se anticipaba la celebración pascual, se deben reservar para la noche y el día de Pascua.


La "Hora de la Madre"

147. En María, conforme a la enseñanza de la tradición, está como concentrado todo el cuerpo de la Iglesia: ella es la "credentium collectio universa". Por esto la Virgen María, que permanece junto al sepulcro de su Hijo, tal como la representa la tradición eclesial, es imagen de la Iglesia Virgen que vela junto a la tumba de su Esposo, en espera de celebrar su Resurrección.

En esta intuición de la relación entre María y la Iglesia se inspira el ejercicio de piedad de la Hora de la Madre: mientras el cuerpo del Hijo reposa en el sepulcro y su alma desciende a los infiernos para anunciar a sus antepasados la inminente liberación de la región de las tinieblas, la Virgen, anticipando y representando a la Iglesia, espera llena de fe la victoria del Hijo sobre la muerte.

Versiculo del Dia 4/8/14


 Jesús dijo: "Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues, si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros pecados." Juan 8,21-30

Oración: Señor, el pecado me aleja de Tí y es como una pared que obstaculiza mi camino al Cielo.Hay tantos pecados que tengo que quizás parecieran ser minúsculos, pues no robo, no mato, no cometo adulterio, pero son profundos. He estado tan acostumbrado a cometerlos que ni siquiera he sido consciente de ello. Gracias por abrirme los ojos a mi pequeñez. 

lunes, 7 de abril de 2014

Versiculo del Dia 4/7/14


Jesús dijo: "El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra."  Juan 8,1-11

Oración: Señor, quién soy yo para juzgar a quien ha pecado si yo también soy un pecador. Yo podría decir que mis pecados son más pequeños, menos dañinos pero eso sería arrogancia de mi parte pues todo pecado deja huella en mí y en aquellos a quienes afecta. Aquí el único que no ha pecado eres Tu y eres quien tienes más compasión y amor. Eres el único que puede juzgar y no lo hace. Ayúdame a ser compasivo y tener amor por quien me rodea. 

domingo, 6 de abril de 2014

La maldición del petróleo


La Iglesia en Venezuela es un ejemplo, mirada en su conjunto, de fidelidad al Señor y a su pueblo. A pesar de la persecución de que es objeto por parte del régimen tiránico de Maduro, con un buen número de sacerdotes asesinados e iglesias profanadas, con amenazas e insultos reiterados a los obispos, y con un claro hostigamiento a los católicos laicos, la Iglesia sigue ahí, mostrando a todos el rostro cercano del Cristo crucificado, a la espera de que algún día pueda ofrecer el rostro glorioso del Cristo resucitado. Otros, como los mormones, han abandonado el país; los curas y obispos católicos, no. Si ellos también huyeran, se encontrarían a Cristo que acude a ocupar su lugar, como cuentan que le pasó a San Pedro  en aquel camino de Roma donde hoy se alza la ermita del "Quo Vadis?"
Pero no se trata sólo de estar, sino también de hablar. Y eso es lo que han hecho, una vez más, los obispos venezolanos. Con toda claridad han proclamado ante el mundo que Venezuela es una dictadura cruel donde ya no sólo no se respetan los derechos humanos, sino que ni siquiera se hace un intento por enmascarar la represión. La Iglesia cumple así su misión de ser la voz de los que no tienen voz, de esa multitud que si bien sale a la calle para expresar su deseo de libertad, sabe que al hacerlo va a dejar en el camino un reguero de sangre a manos de los sicarios a sueldo de los tiranos.
La Iglesia está haciendo lo que tiene que hacer, gracias a Dios. ¿Y el mundo, lo está haciendo? Es vergonzosa la pasividad con que la comunidad internacional contempla las masacres. Que otros líderes próximos a Maduro le apoyen, es lamentable pero se comprende, pues son  de la misma cuerda. Pero que naciones democráticas miren para otro lado mientras la sangre corre por las calles de Caracas y de otras ciudades venezolanas no tiene explicación. O quizá sí lo tiene. Y esa explicación se llama petróleo. El petróleo se ha convertido en la maldición de Venezuela. Con los dólares que genera se compran voluntades, tanto de dentro como de fuera, y a nadie parecer interesarle que se produzca un desequilibrio en una zona tan sensible, porque podría suponer un alza del valor del combustible y perjudicar la recuperación económica. Y mientras tanto, la mayoría del pueblo venezolano no tiene para comer, vive en una inseguridad salvaje más propia de la ley de la selva que de una nación civilizada, y tiene que soportar una represión que no se merece.
Hace ya muchos años que la ONU mostró su ineficacia. Parece que sólo es útil para promover políticas familiares contrarias a la vida y a la auténtica familia. Ni en Ucrania, ni en Siria, ni en Venezuela ha logrado actuar de forma eficaz. Y no porque no haya motivos, sino porque en cada caso hay intereses contrapuestos que paralizan todo. En Venezuela, desde luego, la Iglesia está donde debe estar y es un motivo de orgullo su comportamiento para el resto de los católicos. Al menos, recemos por ellos, sin cansarnos, todos los días.

P. Santiago Martín

Versiculo del Dia 4/6/14


Jesús dijo: "Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado."  Juan 11,1-45

Oración: Padre, gracias por escucharme y amarme tanto!  Gracias por lo que tengo y no tengo, por quien soy, por los padres que me diste y mis hermanos! Gracias por ponerme en el sitio donde estoy. Gracias por lo que no me has dado y por los obstáculos que he pasado para estar donde estoy hoy. Gracias por mis talentos y mis debilidades. Estas me han enseñado a confiar más en Tí!